lunes, 10 de marzo de 2014

Prefiero la revancha



El 5 de octubre de 2011 murió Steve Jobs. Al día siguiente todo el mundo estaba en las librerías comprando su biografía. La gente buscaba en sus páginas el secreto del éxito, esos momentos claves de la vida de Jobs  que lo llevaron a ser protagonista principal de la primera década del siglo XXI. Lo que seguramente desconocían estas personas, es que el éxito no es otra cosa que un golpe de suerte, que el trabajo duro y la dedicación no garantizan nada. El éxito es estar en el lugar adecuado en el momento preciso, es un capricho del azar, es una voluntad esquiva, es como ganarse la lotería.

El éxito no tiene un lugar importante en mi vida, nunca me he esforzado por ser el mejor en nada, me da lo mismo ser primero que segundo, tercero o último. Me gusta más ser un perdedor en primera instancia, porque por encima del éxito prefiero la revancha, perder para luego levantarme, como Jimmy García, el boxeador del Lavandería Real. Porque nada mejor que sentir los rigores de la derrota para después ponerse de pie y superar al único rival que a la final importa, uno mismo.

*De importarme el éxito, tampoco me hubiera leído la biografía de Steve.

*Jobs, de Joshua Michael Stern, es la última película que he logrado verme completa.

*Todavía no sé muy bien si Steve fue protagonista principal o antagonista principal de este comienzo de siglo.

Por El viejo Hugo / Lunes 10 de marzo de 2014


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