Si mal no recuerdo, llevo cerca de dos semanas sin
escribir nada. Ni para trabajos de la universidad, ni para nuestro blog, ni en
mi libretica de apuntes vagos, ni en Facebook. Tres veces el mismo tiempo llevaba
sin empezar un libro nuevo, racha que culminé hoy, dándole una ojeada a un
libro muy preciado que me prestó el Loco V: Los Detectives Salvajes, se llama.
Desde que tengo memoria, dormir ha sido una de las actividades (si se le puede llamar así) a la que más le dedico tiempo diariamente. De domingo a jueves, cada semana que pasa me echo a la cama dos o tres horas después del almuerzo, y en la noche remato con otras seis o siete. Pero en parte, creo que se debe a una costumbre heredada por mi madre y su familia. Porque casi es como un ritual para ellos: Almuerzo, un rato breve (media hora) del programa que den luego del noticiero (telenovelas o programas donde premian a la gente por hacer el ridículo) y una hora de sueño, dizque para bajar el almuerzo. No sé de dónde habrán sacado esa técnica, pero es infalible para mí: me levanto y vacío el estómago al instante (sólo en mi casa). Yo no lo hago por eso (bajar el almuerzo), lo hago porque el viaje desde el centro me tumba ipso facto, apenas siento la sombrita del techito de mi casita.
Pero el cuento acá es que esas dos horitas diarias que me tomaba para omitir la existencia se han multiplicado desde hace 3 semanas aproximadamente, tiempo en el cual ha disminuido mi producción académica e intelectual si se quiere. Ya no duermo dos o tres horas después del almuerzo, sino cuatro o cinco, y si no tengo ninguna preocupación, puedo seguir derecho hasta el día siguiente.
En los últimos días he pensado mucho acerca de lo que espero de mí como individuo, me he preguntado cuál es mi papel en esta cochambre llamada sociedad y qué lugar ocupa en mí la escritura. No sé por qué, si todo lo que he hecho en mi vida se ha basado y fundamentado en el pleno disfrute. Pero evidentemente tengo mi ego, y el hijueputa me exige escalar niveles y adjudicarme un reconocimiento por lo que hago, aun sabiendo que ese reconocimiento me importa una verga, sólo lo quiero de adorno. Como en la mañana suelo pensar mucho y siento que mi creatividad se torna gigantesca, cada día rumbo a la universidad retorna la fe en mí y empiezan los propósitos banales: “Hoy voy a escribir para el blog”, “voy a escribir algo bien loco y le voy a decir a los brother’s a ver si me publican en su avión”, “voy a escribir una canción acerca de las neas”, “le voy a hacer una carta a Maria de cumpleaños” Etcétera. Pero en lugar de hacer todo eso, o al menos una parte de eso, adivinen qué termino haciendo toda la tarde. ¡Durmiendo! Dur- mien- do. Y ya no lo disfruto, siento que esta somnolencia me domina y me hace enterrarme el puñal de la insatisfacción cada mañana cuando vuelvo a creer en mí; y además, al llegar a casa y conectarme con la plebe por Facebook, encuentro que tengo un parcero, pana, brother, que no parece hundirse en muchas discusiones consigo mismo para producir algo. Cano: Ese hijuemadre escribe por todo, por nada; a todo, a nada. Sinceramente creo que tengo mucho que aprender de él, porque me he dedicado solo a disfrutarlo, pero me he dado cuenta de que nos ha regalado algo más a los que lo frecuentamos. Y me refiero a su actitud, porque en el tema de estilo me gusta el mío, y a mi ego también, pero no tengo su abnegación y su empuje para hacer sin reparos, hacer, hacer y hacer.
En relación a esta baja creativa y alza somnolienta, se encuentra un personaje único, inigualable: Mi hermano, el raper (No es de violador, es de rapero, pero él lo escribe así). El raper lleva como dos meses sin trabajar, metido en la casa día y noche haciendo de las suyas. ¡No lo soporto! Y yo lo quiero mucho, no me mal interpreten; yo creo que todos saben que tenemos una muy buena relación y nos la llevamos muy bien, pero el man tiene ciertos rayones mentales que no son compatibles con mi añorada actitud intelectual de entre semana. Créanme amigos míos, que en este preciso momento estoy haciendo esfuerzos inefables para escribir esto. Él está abajo, escuchando los goles del nacional de hace como dos semanas “a todo taco”. Antes de eso estuvo tocando bajo, escuchando música, riéndose como un mandril, rebuznando estrepitosamente. Y eso sin mencionar el sinfín de voces extrañas que emite cada 5 minutos, cosas raras como: “ayyyy gononeeeaa”, “aigocharly”, “amorrooo” y cosas que no logro identificar, sonidos muy raros, además de que también imita algunas de las voces más molestas de la televisión, como la del pato Lucas, por nombrar alguno.
Hoy antes de despertarme de mi habitual siesta de cinco horas, estuve unos minutos medio despierto, medio dormido, y me di cuenta de que yo prolongo mi sueño a gusto. No me despierto porque no quiero escuchar al raper emitir sonidos extraños ni verlo caminando por toda la casa en bóxer. No quiero intentar escribir o estudiar para que me termine sacando la piedra y terminemos teniendo algún “encontrón” desagradable, mientras vuelvo a sentir la impotencia de no encontrar la concentración.
Una vez fui a un taller de escritura que programó pipe, ya se imaginarán cuál pipe, y el que lo dirigió nos dijo que para escribir era necesario hacerlo siempre, en cualquier lado, bajo cualquier circunstancia, sin importar los distractores que uno encuentre en el ambiente. Yo creo que el hombre tenía razón, y estoy seguro que mi amigo Cano ya dominó ese tema porque escribe mucho y no creo que exista alguien en este mundo exento de distractores. Yo definitivamente no, pero cada día de mi vida me encuentro con la mejor de las pruebas para dominarlo. El día en que yo pueda estudiar, leer, escribir y componer con mi hermanito querido al lado, ese día alcanzaré la máxima expresión de la concentración a la que pueda llegar un ser humano, se los garantizo.
PD: Los viernes no duermo porque es mi día preferido
y no siento que quiera evitar al raper. El viernes me vuelve a caer muy bien; y
todas las bobadas, ridiculeces y cosas raras que hace y dice me vuelven a
parecer graciosas y divertidas.
El mono.
28/04/2014
El mono.
28/04/2014