Por: Santiago Cano
@Basto_art
La Ansiedad.
- Y ¿Usted cuánto lleva con la moto? (le pregunté para romper el hielo, para parecer amable, para cortar el silencio, para disimular el exceso de cafeína y taurina que había consumido en ese energizante).
- mmm... (Vaciló ella antes de responder y con la mirada fija en su celular) ... 1, 2, 3, 6 años más o menos.
- A mi las motos me dan miedo, es que hoy día, hay mucho accidente (le dije con una sonrisa desganada, era una de esas sonrisas que haces cuando sientes sustico, pero no era susto, era la cafeína, la taurina, la ansiedad).
Ella se quedó en silencio, fue como si no hubiera escuchado nada, ni una mirada, ni una sonrisa. Al menos si me hubiera regalado una sonrisa fingida hubiera calmado mi ansiedad y me hubiera dado por entendido ¡Vete al carajo! pero ella no despegaba los ojos de su celular, fruncía el ceño al tiempo que sostenía una "M" prolongada como si estuviera muy ocupada. (Yo me sentí como todo un Kevin Arnold afrontando conflictos sociales de adolescentes, pero esta vez sin paul y sin Winnie Cooper. )
La cita la habíamos acordado a las 7:00 p.m. en la estación poblado, y aunque yo llevaba más de media hora ahí en los torniquetes esperando, "El Burdo" no había llegado, ni una llamada perdida tenía de él, al menos para avisarme que se había retrasado por alguna razón.
(Quiero que se pongan en mis zapatos)
La cafeína, la mujer que no habla, la gente saliendo y entrando de la estación, el burdo que no llega, el traquear de los torniquetes, mi manos sudorosas, el corazón se acelera, la taurina, ella sigue observando su celular, los hipster con sus pintas rumbo al parque del poblado, miro el reloj 7:55 p.m. , la canción de "vamos, vamos" que suena en los parlantes del metro, mis manos sudorosas, siento el palpitar de mi corazón en la cabeza, los estudiantes del poli, los que tiene cívica, mi respiración, la ansiedad, la mujer ahora me mira, me siento inseguro, Yojan Valencia pasa, me saluda moviendo la cabeza, y la mujer se acerca hacia mi.
- No te voy a quitar mucho tiempo y que pena molestarte (Dijo ella con cara de perrita regañada) es que estoy esperando a alguien y no llega, usted me puede regalar un minuto para hacer una llamada.
No importaba cuantos minutos hablara por mi celular, su presencia calmaba mi ansiedad. Ella marcó un par de veces pero no fueron contestadas. Me entregó mi celular, sus uñas al igual que sus labios color rojo bonbonbum.
En el Poblado.
Dos águilas habían dispersado la rabiecita que tenía con el "Burdo" por haber llegado tarde. Estábamos afuera de los saldarriaga, él me hablaba de buscar unos buenos Spots esa noche para hacer unos cuantos taggs (TRAMPA & BASTO) y sentirnos victoriosos en cada firma.
Pedimos otra pola y llegó una amiga (Se puede decir que de los dos, porque yo la había conocido 8 días atrás en una rumba que el Burdo me había invitado a salir con unos amigos de la universidad, pero esta vez ella había ido al Poblado por mí, creó, estoy seguro).
Nos fuimos para Latineria y el Burdo decidió llamar a una amiga que hace rato no veía (Bien bonita, sexy y voltajuda, me consta).
Cheperreo.
Terminamos "Donde chepe" (es uno de esos bares donde todas las tribus urbanas bailan reggaeton, dance hall y electrónica) Punkeros, raperos, skin, rastas, metaleros, etc.
Aunque todos dicen odiarlo y difaman del reggaeton, pude comprobar que todos necesitamos un poco de malicia y vulgaridad los fines de semana. El reggaeton es como masturbarse, muchos lo niegan pero todos lo practicamos o tarareamos alguna canción de vez en cuando. Tomamos de todo y tiramos paso, pero nadie le ganaba al niche que se movía como culebra. El celular me sonó y era un mensaje en WhatsApp, decía: "Hola, yo soy la que te pidió un minuto ahora en la estación, este es mi número por si me quieres agregar, voy a estar en el Blue por si quieres que nos veamos... La noche es Joven ( y un guiño de beso)".
Las mujeres tiene el método.
No me atreví a responder su mensaje de WhatsApp, no sabía que era lo que estaba sintiendo en ese momento, si rabia, impotencia, frustración (aunque debí haber sentido adrenalina, vértigo, placer, por saber que la chica del metro, a la que me ignoro todo el tiempo que estuve esperando al Burdo, quería una aventura conmigo). Pero yo estaba bastante molesto porque fuí victima de su método, me sentí burlado. (Yo me metí en la película).
El método
Ella aplicó cada uno de los pasos muy bien, a la perfección, como toda una profesional.
Paso 1:
Ella desde la primera pregunta que le hice utilizó la manera más sencilla de anclarme y fue no determinarme, solo se limitó a responder. La reacción a esa acción funciona con cualquier persona, es algo Psicológico, lineal, no hay forma de controlarlo. Luego al haberme ignorado disminuyó mi autoestima en un 10% fue la manera más sutil de lanzar un "Nega" sin decir palabra alguna.
Paso 2:
Depués de observame aplicó la regla de los tres segundos (La regla más importante para los artístas venecianos) y luego creó un espacio temporal falso al decirme "No te voy a quitar si no un minuto" fue solo para que yo bajara la guardía.
Y finalmente hizo un cierre magistral pidiéndome mi celular prestado con la excusa de que le iba a marcar a alguien cuando enrealidad se marcó al de ella misma para capturar mi teléfono.
Los profesionales en el tema de la seducción tardan tres o cuatro pasos para conseguir el teléfono de alguna chica o chico, pero esta mujer lo había conseguido en dos pasos conmigo (Yo si soy una güeva. Ahora me sentía no como Kevin Arnold, si no como Paul Pfeiffer)
