martes, 20 de mayo de 2014

Mire la hora que es, yo ya le hubiera partido la papaya pero usted dijo que no tenía tiempo.




Por: Santiago Cano
@Basto_art

Aunque no lo hago tan bien como Margarita Rosa de Francisco cuando visita Cali, ni como Miguel Varoni en "Pedro el escamoso", yo amo bailar. Lo hago desmedido, sin tapujo, sin preocuparme por el lugar, la pareja, el genero de la canción, si lo hago bien o lo hago mal, sólo me concentro en disfrutar y sacarle el jugo a la pista. 
En ocasiones saco pasos impensables, movimientos de estilo libre, expresivos, sumamente energéticos, muy extravagantes, como un híbrido entre Rock and Roll y Krumping (Criollo)

Los que no me conocen, dirán que lo hago para lucirme o llamar la atención de la gente, pero los que me conocen y han estado en fiestas conmigo, saben que cuando comienzo con estos movimientos es porque he llegado al clímax de la fiesta y necesito más cerveza.

Bailar libera endorfinas, oxigena la sangre, fortalece tus músculos y es uno de las mejores métodos de seducción. La semana pasada las chicas de la oficina (porque todas son chicas excepto yo) en sus conversaciones, que de por sí son bien picantes y cargadas de un alto contenido sexual, a la hora del almuerzo confesaron: 

- Que un buen bailarín les inspiraba tenerlo en la cama.
- Que cuando van a una discoteca les atraen los chicos que saben bailar.

Yo pensé para mis adentros ¿Será que yo bailo muy mal? y lo pensé porque cada vez que vamos (Mis amigos y yo) a Calle Nueve a bailar, siempre levanto, pero no chicas, levanto son hombres, entre dos o tres tratando de coquetear conmigo, y siempre que vamos a cualquier lugar es lo mismo.
El fin de semana pasado, cambiamos de lugar y nos fuimos para Caldas a compartir un par de frías en un bar llamado Varsovia.

Varsovia

La música muy duro, Sofía sonriente, la pola a $3.000.
La música muy duro, Simón que llega, tres polas por favor
La música muy duro, una terna de brindis, tres tragos pa bajar el calor.

Aunque parece un estribillo estuvimos así durante 5 minutos mientras llegaban
los demás, El Burdo, La Negra, La Mona y El Mono andaban COMIENDO.
Simón, Sofía y yo, tomando, brindando, SONRIENDO.  
La Mona (Teñida) de camisa azul y sandalias plateadas que estaba
en la barra, me miró con DESDÉN.
El Mono, La negra, La mona llegaron y El Burdo TAMBIÉN.

La música muy duro, Sofía sonriente, la pola a $3.000.
La música muy duro ¡Costeña, águila y pilsen por favor!
La música muy duro, un brindis masivo, 7 tragos pa’ bajar el calor.

El baile comienza, el basto arranca moviendo sus piernas,
estira los brazos y encorva la ESPALDA.
La Mona (teñida) se para e’ la barra y camina donde el DJ moviendo la NALGA.
Me mira, sonríe, La Mona (teñida) está como LOCA -pienso-
coge la cerveza en mano, me guiña el ojo y luego la EMBOCA -suspenso-
camino donde el barman y pido otra ronda, la pola está BUENA.
El barman me dice, venga le presento una amiga FILENA.
pues era la mona que buscó la forma, pero mujer como esas no valen LA PENA.
El resto e’ la noche me hice el güevón, baile como loco, además la mona no estaba BUENA y coquetear no podía, porque enfrente tenía a mi linda MORENA.